sábado, 19 de marzo de 2011

Sistema Digestivo


El sistema digestivo es el encargado de digerir los alimentos que tomamos, haciéndolos aptos para que puedan ser primero absorbidos y luego asimilados. El sistema digestivo comprende el tubo digestivo y las glándulas anejas. El tubo digestivo es un largo conducto que se extiende desde la boca, que es un orificio de entrada, hasta el ano, que es el orificio terminal o de salida de los residuos de la digestión. En el tubo digestivo se distinguen la boca, la faringe, el esófago, el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso.
La Cavidad Bucal

La boca es una cavidad en cuyo interior están la lengua y los dientes. La lengua es un órgano musculoso en el que reside el sentido del gusto. Los dientes son piezas duras encajadas en los orificios o alvéolos de los huesos mandibulares. La parte inferior del diente se llama raíz y la porción libre externa se llama corona, figurando entre ambas una zona llamada cuello. Existen tres clases de dientes; los incisivos, los caninos, los premolares y los molares. El hombre adulto posee treinta y dos dientes, dieciséis en cada mandíbula; cuatro incisivos, dos caninos, cuatro premolares y seis molares.

La Faringe

La faringe es una cavidad músculo-membranosa situada en el fondo de la boca y con la cual comunica. La faringe comunica a su vez con las fosas nasales mediante dos orificios, llamados coanas, y con el oído medio mediante las trompas de Eustaquio.

El Esófago



El esófago es un tubo que va desde la faringe hasta el estómago. Desciende verticalmente entre la tráquea y la columna vertebral, atraviesa el diafragma y comunica con el estómago por un orificio llamado cardias. El estómago es un ensanchamiento del tubo digestivo en forma de fuelle de gaita alargada.
El Estómago

El estómago está situado debajo del diafragma. En la pared del estómago hay fibras musculares lisas, oblicuas, longitudinales y circulares, y su interior no es liso, sino que presenta arrugas y pliegues. Además está tapizado por una túnica mucosa en la que están instaladas las glándulas encargadas de segregar el jugo gástrico.

El Intestino
 
El intestino es un tubo de unos ocho metros de longitud situado a continuación del estómago. En él se distinguen el intestino delgado y el intestino grueso. El intestino delgado se halla a continuación del estómago y comprende el duodeno, el yeyuno y el íleon. En el interior del intestino delgado existen multitud de salientes de un milímetro de longitud, las vellosidades intestinales. En estas vellosidades circula la sangre por una arteriola y una venita, y la linfa por un pequeño vaso llamado vaso quilífero. El intestino grueso comprende tres regiones: el ciego, el colon y el recto. El ciego es la primera parte y se une al intestino delgado por la válvula íleco-cecal. El ciego lleva una prolongación lateral, el apéndice vermiforme. El colon comprende una porción ascendente, una porción transversal y una porción descendente que termina en el recto, que se comunica con el exterior por el ano, por donde son expulsados los excrementos.

Las Glándulas Anejas

Dentro de las glándulas anejas se distinguen las glándulas salivares, el hígado y el páncreas, que elaboran, respectivamente, la saliva, la bilis y el jugo pancreático. Las glándulas salivares se clasifican en tres pares: dos parótidas, dos submaxilares y dos sublinguales. El hígado es la glándula más voluminosa del cuerpo humano. Está situado debajo del diafragma, en la región abdominal derecha, cubriendo algo al estómago. Del hígado sale la bilis por el conducto hepático. El páncreas elabora el jugo pancreático. Es un órgano alargado situado detrás del estómago, cerca del duodeno. Posee un conducto que recoge el jugo pancreático elaborado en el interior de la glándula.

Funciones del sistema digestivo

La fisiología del aparato digestivo comprende, una serie de fenómenos motores, secretores y de absorción, que tienen lugar desde el momento de la ingesta del alimento, hasta la eliminación final de los residuos no útiles para el organismo. Para ello ha de pasar el alimento por la boca, la faringe, el esófago, el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso, para terminar con la defecación, para la cual existe el ano o esfínter anal.

Cavidad Bucal

Es la zona de recepción del alimento. En ella tienen lugar dos procesos importantes, la masticación y la insalivación.
La masticación se define como el conjunto de movimientos de la cavidad bucal que tienen como fin ablandar, triturar, moler, rasgar y cortar los alimentos y mezclarlos con la saliva.
La mezcla de la saliva con el alimento o insalivación, se produce con el fin de:
Disolver los alimentos. Esto permite apreciar el sabor y reconocer la existencia de cualquier sustancia extraña, tóxica, irritante, etc...
Lubricación de los alimentos. Facilitándose así la deglución.
Inicio de la digestión de algunos hidratos de carbono, gracias a la acción de la enzima amilasa.
Acción bactericida por efecto del lisosoma.
Mantenimiento de la humedad en la cavidad bucal.
El volumen diario de saliva es de 1000 a 1500 cm3. Existe una secreción de saliva basal, que se llega a multiplicar por cuatro al ingerir alimentos. El mayor volumen secretor procede de las glándulas parótidas, seguidas por las submaxilares.

El Esófago

En el esófago se produce contracciones activas del músculo esofágico. Estas contracciones son de tres tipos:
Peristaltismo primario: Se produce tras la deglución, como consecuencia de la relajación del esfínter esofágico superior. Esta contracción es más rápida con alimentos líquidos y calientes, que en el caso de sólidos y fríos.
Peristaltismo secundario: Originado por la distensión local del esófago.
Peristaltismo terciario: Muy débiles.
El esfínter esofágico inferior, tiene como principal función evitar que el contenido del estomago vuelva al esófago. Este esfínter suele estar cerrado y se abre para dar paso al bolo alimenticio.

El Estómago

El alimento, tras pasar por el esófago llega al estómago.
Dentro de las funciones gástricas, hay que destacar la capacidad secretora, de sustancias muy ácidas, cuya función, es la de degradar mecánica del alimento. Al llegar la comida al estómago se realiza la mezcla y el ataque por parte de los jugos gástricos. Además interviene en el control del apetito y regula la flora intestinal.
Los jugos gástricos están compuestos por agua (98%), sales, ácido clorhídrico, mucoproteínas, enzimas proteolíticas, factor intrínseco, secreciones endocrinas e inmunoglobulinas.
Dentro de estas sustancias destacamos el CLH (ácido clorhídrico), secretado por las células gástricas parietales, mantiene el pH necesario, ablanda la fibrina y el colágeno, controla el paso de bacterias al intestino y estimula la secreción de secretina, estimulador a su vez de la secreción pancreática y biliar.
Existen tres vías fundamentales por las que se estimula la secreción ácida. Por vía paracrina actúa la histamina, por vía endocrina la gastrina y por vía neurocrina actúa la acetilcolina. Estas tres sustancias liberan mensajeros que estimulan las células parietales.
A su vez existen inhibidores de esta secreción, como son la presencia de CLH y de grasas en el duodeno.
A la salida del estomago existe el esfínter pilórico, cuya función es dejar paso a las sustancias pequeñas que abandonan el estomago e impedir el paso a las partículas grandes que son impulsadas de forma retrógrada para que continúe su digestión.

El Intestino Delgado

El intestino delgado posee distintas funciones. En primer lugar a este nivel se secreta moco, con la misión de proteger la mucosa y facilitar el tránsito intestinal. Se secretan enzimas como la enterocinasa, la amilasa, las peptidasas, las disacaridasas y la lipasa. Secreciones endocrinas, que estimulan, inhiben y regulan tanto la secreción como la motilidad intestinal. Se secreta a su vez inmunoglobulinas A y M, con carácter defensivo y promotor del crecimiento de la flora intestinal. También hay secreciones elaboradas fuera del intestino, como son, secreciones procedentes del páncreas y de la vesícula biliar.
En el intestino delgado hay un tono muscular que se convierte en movimiento por efecto de diferentes estímulos. La motilidad intestinal tiene como finalidades el amasado y la propulsión del quimo. Por lo tanto existen movimientos destinados a realizar una perfecta mezcla de las partículas, unos movimientos de propulsión, cuya finalidad es el avance y la dispersión del quimo, y unos movimientos esporádicos y reflejos, que se producen al llegar el alimento al estómago, que además tienen la función de arrastrar y limpiar de restos digestivos.
En el intestino delgado, a la altura del duodeno se neutraliza el quimo ácido que sale del estómago y se continúa la digestión de los principios inmediatos para posibilitar la absorción intestinal. Esto se logra gracias a la acción de las secreciones pancreáticas (enzimas) y de la vesícula biliar (bilis).
Como resultado de todo esto a nivel del intestino delgado se absorbe los hidratos de carbono, proteínas, grasas, agua, iones y vitaminas.
El Intestino Grueso

Tal vez la misión más importante del colon, viene determinada por los movimientos del mismo, caracterizados porque, favorecen el almacenamiento. No todos los movimientos que se producen en el colon, son de propulsión, existen movimientos de retropropulsión cuya finalidad es mantener el quimo en el colon ascendente, para deshidratarlo y que adquiera consistencia y también existen movimientos de masa, que son los que facilitan el avance de la masa fecal y la evacuación.
En el epitelio cólico apenas hay enzimas, pero si abundantes células secretoras de moco. Este se secreta por efecto del contacto con la masa fecal y su función es proteger la mucosa de los residuos ácidos que existen en las heces como resultado de las distintas fermentaciones producidas a lo largo del aparato digestivo.
Otra misión importante del colon, es la de absorber determinadas sustancias. Estas son; agua, sodio, potasio, cloruro, bicarbonato, ácidos grasos de cadena corta, vitamina K y algunas vitaminas del grupo B procedentes del metabolismo de las bacterias cólicas.
En el colon existen gases, que pueden ser causa de problemas clínicos. Procede del aire deglutido y de reacciones químicas intestinales y fermentaciones bacterianas. El volumen normal no detectable es de 200 ml, pero en un momento dado se puede llegar a 2000 ml. La eliminación es de unos 600 ml/día en fracciones de 40 ml, lo que supone unas 15 expulsiones al día.
La defecación, por fin, tiene como finalidad la expulsión de los residuos de la digestión tras la absorción de las sustancias nutritivas.
Descripción de los órganos del sistema digestivo
Boca

La boca es la entrada del tubo digestivo. Es una cavidad limitada por el paladar, los carrillos y la lengua. La porción posterior del paladar es más blando que la anterior y en su parte media presenta una prolongación carnosa denominada úvula o campanilla. Los bordes laterales del velo del paladar se unen a las paredes de la faringe, formando salientes o repliegues a cada lado, entre los cuales queda una cavidad ocupada por una glándula llamada amígdala. En la boca se llevan a cabo tres funciones importantes, denominadas: masticación, insalivación y deglución. La masticación la realiza los dientes, moliendo y triturando los alimentos. La insalivación se produce gracias a un líquido que segrega las glándulas salivares, la saliva. La deglución permite que los alimentos pasen desde la boca a la faringe, para seguir por el esófago hasta el estómago.

Glándulas Salivares

Las glándulas salivares son las encargadas de segregar saliva. La función de la saliva es digestiva y protectora pero, sobre todo, sirve para facilitar la masticación y la deglución de los alimentos. Las seis glándulas salivares tienen un conducto que vierte la saliva elaborada en la boca. Las glándulas salivares están repartidas por toda la cavidad bucal, pero existen tres acúmulos de mayor importancia: son las sublinguales, submaxilares y parótidas. La glándula salival parótida vierte por el conducto que atraviesa el músculo bucinador y va a parar encima de la segunda molar. Su secreción es serosa, semejante al suero. Las glándulas submaxilares vierten casi justo detrás de los incisivos centrales; son glándulas mixtas, pero predominantemente serosas. Por último, las sublinguales son glándulas mixtas que vierten debajo de la lengua por varios canales.

Faringe

La faringe está situada inmediatamente detrás de la boca. Es un conducto corto, que tiene muchas aberturas de comunicación. Por arriba se comunica con las fosas nasales, mediante dos orificios, llamados las coanas, y el oído, mediante las trompas de Eustaquio. Por su parte inferior, la faringe se comunica con la laringe y el esófago. Es, pues, un órgano del sistema digestivo de doble función, ya que por ella pasa el aire cuando respiramos, y los alimentos cuando comemos. Por tanto, es una zona de paso de las cavidades bucal y nasal hacia el esófago y la tráquea. La comunicación de la faringe con la laringe está protegida por una lámina cartilaginosa llamada epiglotis. Los alimentos no pueden pasar a la tráquea porque en el momento de la deglución se levanta la laringe y queda la epiglotis abatida sobre ella. A ambos lados de la faringe están dos órganos llamados amígdalas.

Esófago

El esófago es un tubo de tejido duro, que mide de veinte a veinticinco centímetros y comunica a la faringe con el estómago, después de atravesar el diafragma, que separa la cavidad torácica de la abdominal. Se sitúa entre la tráquea y la columna vertebral en el mediastino o espacio situado en medio de la cavidad torácica entre los dos pulmones. Prácticamente, el esófago es un conducto de paso de los alimentos, ya que la superficie interna es acanalada longitudinalmente. Por ello, la función que cumple el esófago es de simple conducción de los alimentos al estómago. Las células de revestimiento abundan, al estar expuestas al continuo roce de los alimentos, y se regeneran activamente. Las células caliciformes están dispuestas a largo del esófago. Las glándulas tubulares segregan, además de jugo gástrico, moco, por la necesidad en esta zona de protección contra alimentos insuficientemente masticados.

Hígado

El hígado es una glándula muy voluminosa que desempeña varias funciones en el organismo. Se halla situado debajo del diafragma en la región abdominal derecha, cubriendo algo al estómago. Del hígado sale la bilis por el conducto hepático-. Las células secretoras más importantes del tejido hepático son los hepatocitos. Estas células sintetizan casi todas las proteínas disueltas en el plasma sanguíneo y regulan la concentración en la sangre de los principales nutrientes: glucosa, aminoácidos y ácidos grasos. Además, los hepatocitos eliminan de la sangre el amoníaco y otras sustancias, desechos de glóbulos rojos desintegrados, transformados para otros usos o para la excreción renal. Desde el punto de vista de la digestión, el hígado es una glándula que no segrega enzimas, sino una serie de productos que sirven para neutralizar el quimo y emulsionar las grasas y facilitar su digestión y absorción.

Estomago

El estómago es una gran dilatación del tubo digestivo, en forma de "fuelle de gaita" alargada verticalmente, que está situado debajo del diafragma. Posee dos orificios: uno superior, que lo comunica con el esófago, llamado cardias, y otro inferior, por el que se comunica con el intestino delgado, denominado píloro. Interiormente, está tapizado por un conjunto de glándulas que segregan diferentes fermentos y ácido clorhídrico. Al líquido que resulta de la mezcla de estas sustancias se le denomina jugo gástrico. El estómago no es un órgano pasivo pues actúa mecánicamente, provocando una continua agitación, en la que se trituran y reducen a papilla los bolos alimenticios llegados a él, a la vez que los mezcla íntimamente con el jugo gástrico: éste ejerce una acción química sobre los alimentos. El resultado es una especie de papilla muy ácida, llamada quimo.

Vesícula Biliar

La vesícula biliar, situada por debajo del hígado, es una bolsa en forma de pera que concentra y almacena la bilis. La bilis es una sustancia líquida, viscosa, de color verde amarillento, sabor amargo y reacción alcalina, que es secretada por el hígado y vertida en el intestino por los conductos biliares. La expulsión de la bilis y jugo pancreático se debe a que el peristaltismo duodenal abre la ampolla de Váter y se descarga la bilis contenida en el conducto colédoco y el jugo pancreático. Pero para que la vesícula biliar se vacíe, ha de contraerse, exprimirse. Lo hace, en efecto, obedeciendo a estímulos nerviosos procedentes del bulbo; la "señal" que llega al bulbo es la hormona colecistonina que secreta el intestino delgado en cuanto las grasa, aunque sea en pequeñas cantidades, entran en él.

Páncreas

El páncreas es una glándula compacta o lobulada, situada junto al intestino delgado y tiene uno o varios conductos excretores que desembocan en el duodeno. Consta de una parte exocrina que elabora un jugo que vierte en el intestino y contribuye a la digestión porque contiene varios fermentos, y otro endocrina, que produce una hormona, la insulina, cuya misión es impedir que pase de un cierto límite la cantidad de glucosa existente en la sangre. El jugo pancreático desempeña un papel muy importante en las actividades digestivas del intestino. Se ha comprobado que la adaptación de la secreción a la composición de la dieta se efectúa en parte por el mecanismo humoral y en parte por el nervioso. En cuanto a su estructura microscópica se trata de una glándula constituida por un complejo alveolar, semejante a las glándulas salivales, salvo en lo referente a las "ínsulas" de células especiales incluidas en los alveolos.

Apéndice

El apéndice cecal o vermiforme es una porción tubular con aspecto de lombriz que sale del extremo cerrado del intestino ciego. Este anexo del ciego reviste especial interés debido a que es asiento frecuente de procesos patológicos. Embriológicamente, se trata del extremo inferior del ciego que no se ha dilatado tan rápidamente como el resto del órgano, y, en consecuencia, aparece como un divertículo que nace del ciego a tres centímetros o menos por debajo del lugar de penetración del íleon. El apéndice cecal se encuentra frecuentemente incurvado o incluso arrollado sobre sí mismo. Es entonces cuando existe el grave peligro de que la actividad de las bacterias destruya no sólo el contenido del apéndice, sino la propia pared del órgano, ya que los gérmenes, al penetrar en la pared intestinal, la infectan. La apendicitis es uno de los trastornos intestinales más graves y peligrosos.

Recto

El recto es la última parte del intestino, en cuyo extremo se abre el ano u orificio de salida de los restos de la digestión. El recto tiene unos doce centímetros de longitud y está normalmente vacío, excepto poco antes y durante la defecación. En el intestino grueso, continúa el proceso de la digestión, aunque en él ya no existe la vellosidad glandular del intestino delgado. En cambio, se encuentran muchas bacterias intestinales que provocan fermentaciones. La cantidad de bacterias que continuamente se forman en el intestino grueso es tan grande, que se calcula que casi la mitad de las heces fecales son bacterias vivas o muertas. Por debajo del recto está el canal anal, de unos cuatro centímetros de longitud, revestido de crestas verticales llamadas columnas anales. En las paredes del canal anal hay dos fuertes hojas planas de músculos llamados esfínteres interno y externo, que actúan como válvulas y que se relajan durante la defecación.


http://www.monografias.com/trabajos6/adig/Image1972.jpg

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